Cuestión de genes

El día en que Froilán había decidido morir, cumplía los cuarenta años. Se levantó a las 05:00 de la madrugada, abrió la ventana de su habitación y contempló aquel cielo encapotado con nubes negras como el carbón, el viento soplaba y mecía las ramas de los árboles, mientras, caía una llovizna que pronto se convertiría en aguacero. Luego se dispuso a recorrer los pasillos largos, anchos y de techos altos de aquella casa de época colonial con paredes que emanaban frío que taladraba los huesos hasta el tuétano, paredes desnudas de colores grises descoloridos por el paso del tiempo que infundían tristeza y daban un aspecto casi macabro que se acentuaba con la oscuridad dando la apariencia de una casa de fantasmas….